Pasado mañana
Hace varios días me viene dando vueltas en la cabeza una idea. Me causa gracia porque la disparó un nene de apenas cinco años, a raíz de un capricho tonto y logró perturbarme bastante. El sentido común dice que un mayor no puede inquietarse seriamente por algo de chicos, pero bueno, se ve que nunca me gustó mucho eso del sentido común. Felipe tiene la costumbre de charlar por las tardes con su vecino a través de la medianera que separa las dos viviendas. Uno se sienta cruzado de piernas sobre un tobogán y el otro, pared de por medio, sobre las baldosas de una escalinata. Yo suelo escucharlos a escondidas mientras llevan adelante serios debates sobre cultura general: superhéroes, expediciones al "cuarto de guardar herramientas" y figuritas. Debo admitir que además de sacarme varias carcajadas al día, a veces inventan mejores argumentos que muchos políticos. Siento un poco de pena cuando empieza a anochecer y sus respectivas madres los obligan a despedirse para ir a bañ...