Entradas

Mostrando las entradas de diciembre, 2013

Un lugar común no común.

No recuerdo bien cómo fue que terminamos, estos tres especímenes y yo, reunidos en el patio de la facultad una tarde soleada del mes de noviembre. Difícil seria determinar cual de todos estaba más loco. Por eso me sentía a gusto allí. Seguro. Casi ni nos conocíamos, aunque nos veíamos tres veces por semana, dos horas cada día (los mas valientes) para escuchar la clase de un tipo un poco bastante raro, por no decir loco de remate. Sé que todos pensábamos lo mismo al oírlo hablar pero por supuesto, como nadie se dirigía la palabra con nadie, los comentarios morían en las mentes de cada cual. Porque obvio, no se habla con desconocidos. Lo que sí recuerdo es que me acerqué a Juan porque ademas de ser lindo, me resultaba interesante (y nadie me resultaba interesante por esos días). Estaba leyendo un libro de esos viejos, marrones y con la tapa cayéndose a pedazos. Igual que yo. Y así arrancó la charla. El sol nos pegaba cálido en la cara y su sonrisa era fresca. También recuerdo bien mi f

Uzal y Debenedetti

Hoy me sentí vieja. No en sentido abuela, anciana. Sino vieja como si el peso de muchos años me hubiese asaltado de pronto, y a mano armada. “Che, tomá. Acá están los últimos diez años de tu vida”. Lo importante fue que esta invasión de vejez en mis ya casi diecinueve años se dio en un  momento no demasiado oportuno. Aunque a decir verdad, la mayoría sino todos los grandes eventos en la vida de alguien ocurren en momentos nunca convenientes. En este caso la inoportuna situación sucedió en un semáforo en la esquina de Uzal y Debenedetti. Ya de por sí no es una muy linda esquina de día, así que imagínensela a las 11.30 pm de una noche helada de Agosto. Nunca suelo frenar. De hecho, cuando conduzco de noche monto todo un operativo antirrobo que consiste mas o menos así:  capucha puesta, puertas trabadas, palo de hockey cerca de la palanca de cambios y radio apagada para estar más atenta. Esto último podría relacionarse en realidad con la peculiaridad de que me gusta habla