Las Heras es un pueblo crudo y oscuro como el petróleo

“Ser alguien era algo que querían ser muchos ahí en Las Heras. Ser alguien, decían. Como si ellos, así, no fueran nadie, nada.”


Los suicidas del fin del mundo es la primera crónica larga que publicó Leila Guerriero en 2005 que se convirtió en una obra inolvidable y la coronó como la reina indiscutida del género. En 2020, un año en el que hablar sobre salud mental se volvió más urgente que nunca, la editorial Tusquets reeditó el libro y volvió a ser un boom.

Leila Guerriero es una escritora exquisita. Narra escenas como si disparara un rifle de aire comprimido: uno no ve venir la bala, no hace ruido y de pronto, te da en medio del pecho, del alma. Y lo que narra en esta obra es, además, de una profundidad atroz: la seguidilla de trece suicidios de jóvenes de en promedio veinticinco años ocurridos en Las Heras, un pueblo petrolero en la provincia de Santa Cruz. Los hechos son crudos y oscuros como el petróleo que extraen los habitantes de Las Heras.

La autora viaja en busca de un patrón, una pista, algo que eche luz sobre esta tragedia, pero en Las Heras solo hay oscuridad. Guerriero mira, escucha, siente y capta el latido de las personas, del pueblo y las historias. Los nombres de los suicidas, sus familias y amigos se van encadenando unos tras otros formando un magma denso, triste y melancólico.

Los suicidas del fin del mundo habla sobre las religiones, las adicciones y los secretos que ocupan los espacios que deja la muerte y la espera inútil y estéril que flota en Las Heras, un lugar de heridas que no cicatrizan. 

Leila borra los límites de los géneros porque escribe crónica, novela, periodismo y poesía, todo junto. No solo entrevista a familiares y amigos de los suicidas, sino que además pinta el cuadro general de la vida en Las Heras: días monótonos, secos y frágiles en los que no hay mucho a lo que aspirar. La soledad y la chatura no permiten disfrutar ni el viento.

“Afuera el viento seguía. 

Seguirá siempre, me dije. No hay quien lo pare.”


Comentarios

Entradas más populares de este blog

“Las inseparables” de Simone De Beauvoir: lo fundamental de la amistad

Guacamole

"Vidas pasadas", elogio a la pérdida